Entre el mar Negro y el mar Caspio se extiende el Cáucaso. En el centro, en la costa del mar Negro, entre la cordillera del Cáucaso y las montañas del Cáucaso Menor está el país montañoso llamado Georgia. Su 2/3 parte se encuentra 100 metros sobre el nivel del mar. Está rodeada por Rusia al norte, Armenia y Turquía al sur, Azerbaiyán al sudeste y el mar Negro al oeste.
En el siglo IV d.C. la introducción del cristianismo en Georgia y su declaración como la religión oficial dio el empujón decisivo para la unificación de las tribus georgianas, la formación de la nación y el desarrollo de la cultura georgiana. La conversión al cristianismo fue la base de la resistencia histórica de la nación georgiana. Aunque en esta unión cada tribu o grupo étnico aportó sus tradiciones específicas, temperamento, costumbres. La polifonía georgiana que es un rasgo característico de la cultura georgiana, completamente coincide con la variedad del ambiente cotidiano de los georgianos, la diversidad de las condiciones naturales y la identidad de las provincias históricas. La variedad de la danza georgiana es alimentada precisamente con esta polifonía.
La situación geopolítica especial de Georgia fue la causa principal de su historia trágica. Por aquí pasaban la ruta de la seda, las vías de caravana que unen el este y el oeste. Por aquí pasa la vía terrestre principal entre Rusia y el Oriente Próximo. Es lógico que a lo largo de los siglos fuera enorme el número de los que deseaban invadir esta encrucijada. Es sorprendente la lista de los países contra los que la pequeña Georgia tenía que luchar en diferentes etapas de su existencia: Imperio de Roma, Imperio bizantino, Califato árabe, Sultanato turco, Persia, Imperio mongol, Imperio otomano, Irán de los Safawíes, etc.
Contra los adversarios tan terribles una nación poco numerosa como la de los georgianos tenía que confrontarse con el impecable arte bélico para salvarse. Este hecho está magníficamente expresado en muchas técnicas bélicas que encontramos en forma estilizada en los bailes como “Mtiuluri”, “Khanjluri”, “Mkhedruli”, “Khorumi” y “Khevsuruli”. Podemos leer los contornos del arte bélico georgiano en la lengua de la plástica dancística.
Después de los años de las luchas interminables la Georgia destrozada eligió pedir amparo a Rusia que, al igual que Georgia, era ortodoxa pero este hecho empujó a que se anulara la existencia de Georgia como estado y formara parte del enorme Imperio ruso. Aunque, a pesar de ser invadida durante 200 años, Georgia no dejó perder ni la lengua, ni la cultura. Esto se ve bastante bien ahora, cuando Georgia de nuevo es un país independiente y libre.
En cuanto a la danza georgiana que conservó el reflejo auténtico de cataclismos espirituales de la nación georgiana, experimentó una evolución rápida y adquirió fama universal.